Situado en plena ciudad y rodeado por dos de las principales avenidas
malagueñas (la de Andalucía y la de La Aurora), aparece el Parque de
Pablo Ruiz Picasso como un oasis entre el bullicio y la congestión
urbana. La frescura de sus jardines y lo exuberante de su vegetación
sorprenden a quien se adentra por vez primera en él, aunque lo que
primero salta a la vista son las colosales dimensiones de los árboles de
la variedad ficus elástica cuyas imponentes raices llegan incluso a
formar en ocasiones muros naturales que se levantan a mas de un metro
del suelo. Precisamente entre dos de estos gigantescos ficus se halla la
escultura realizada en homenaje a Pablo Picasso por el escultor
malagueño Berrocal. En el extremo opuesto encontramos una zona de recreo
infantil que añade notas de jolgorio al entorno entre juegos y carreras
cuando los días comienzan a alargarse desde las primeras luces de la
primavera hasta ya entrado incluso el otoño.