Los carnavales de Málaga se remontan al siglo XIX gracias al impulso de
determinadas instituciones, como El Liceo Artístico, el Círculo
Mercantil o la Asociación de la Prensa, que organizaron bailes de
máscara para sus socios.
Sin embargo y de una forma paralela a como ha sucedido en otros lugares,
fue surgiendo cada vez mas la necesidad de abandonar estos espacios
limitados buscando al mismo tiempo la participación de sectores mas
amplios y populares. Los bailes se convirtieron entonces en desfiles en
los que la alta burguesía lucía sus mejores galas mientras el pueblo
componía versos sarcásticos sobre los personajes de la vida social,
política y militar de la época surgiendo de esa manera un foro crítico
de expresión en el que se concedía una amplia libertad a las voces que
quisieran participar en él bajo las premisas del buen humor y la
originalidad.
Desgraciadamente, las circunstancias políticas de nuestra convulsa
historia acabaron por situarlo en una fase de decadencia de la que hoy
empieza tímidamente a recuperarse gracias a la aparición de nuevas
agrupaciones que actúan cada año en el Teatro Cervantes y a su regreso
progresivo a las calles.